Una vaca que come con cuchara
y que tiene un reloj en vez de cara,
que vuela y habla inglés,
sin duda alguna es
una vaca rarisima, muy rara.
Si una Tortuga de Neuquén
a Buenos Aires en un santiamén.
lo más probable es que
no haya viajdado a pie.
Seguro que fue en ómnibus o en tren.
Por María Elena Walsh
Cuentos, poesias y más..
Cuentos, poesias y mas para compartir con los niños y los padres.
domingo, 20 de noviembre de 2011
lunes, 14 de noviembre de 2011
La Paloma Blanca
Estaba la paloma blanca Sentada en el verde limón Con el pico cortaba la rama Con la rama le daba a la flor. Ay! Mi amor ¿Cuándo te veré yo? Ay! Mi amor Cuando se esconda el sol Me arrodillo a los pies de mi amante Me levanto constante, constante. Dame una mano Dame la otra Dame un besito Sobre tu boca. Daré la media vuelta La media vuelta entera. Con un pasito atrás Haciendo una reverencia. Pero no, pero no, pero no. Porque me da vergüenza Pero sí, pero sí, pero sí Porque te quiero a ti. |
La vaca estudiosa
Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja,
muy vieja, estaba sorda de una oreja.
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
La vio la maestra asustada
y dijo: - Estas equivocada.
Y la vaca le respondió:
¿Por qué no puedo estudiar yo?
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.
Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.
Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos.
Y en ese lugar de Humahuacala
única sabia fue la vaca.
Autor: María Elena Walsh
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja,
muy vieja, estaba sorda de una oreja.
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
La vio la maestra asustada
y dijo: - Estas equivocada.
Y la vaca le respondió:
¿Por qué no puedo estudiar yo?
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.
Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.
Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos.
Y en ese lugar de Humahuacala
única sabia fue la vaca.
Autor: María Elena Walsh
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